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Querido Blog,
Siento solo escribirte cuando estoy inspirada. A veces es complicado expresar con palabras un sentimiento, aun teniendo mucha habilidad en ello. Ni siquiera todas las palabras del mundo son suficientes. Pero no es una perdida de tiempo, ya que, aun así, ellas pueden ser más poderosas que quizás cualquier otra forma de expresión. Cada uno tiene la suya, o cada uno tiene una para cada momento. Y ahora es ese momento. Detrás este párrafo, estan las ganas de dejar al aire de la lengua escrita todo aquello que no podemos retener, y que queremos presentar por agrado propio y para los demás.
Van a tocar las 12 de la noche, y te juro que no dejo de tener flashbacks en mi cabeza. Recuerdos o momentos cercanos que llenan un corazón sensible, el mío. Imaginemos cómo es despertarse una mañana, abrir los ojos y ver a la persona que amas. ¿Hay algo más grande? No hay problema en lo contrario, pero a veces, por mucho que tengamos seres queridos con nosotros, siempre habrán momentos de soledad. Vivimos mucho más a dentro de nosotros mismos que las personas que llegan a traspasar nuestros escudos bajo una mirada de desconfianza. Podemos confiar, pero hasta la más pura mano, la que lleve nuestra sangre, o hasta la de uno mismo, no es lo suficientemente segura y protectora. Volviendo al tema, despertarse. Y esque no es imaginable. No es posible saber la felicidad que uno puede sentir. Esa es una muy grande. Es un imperio de luciernagas. La más grande colonia de sentimientos que atraviesan tu ser, poco a poco, dejando el rasto de aquello que te hizo tal como ahora eres. Como un rallo que crea la más terrible destrucción, desconocida, sin tiempo de aviso. La culminación de dos cuerpos vivos, creando el más poderoso crecimiento en nuestra razón.
Ahoguemonos. Perdamos el aire y la buena bondad falsificada. Relatemos con palabras esas miradas que se detuvieron en menos de un segundo.
Saco el cuchillo. -Si no amas la palabra, retoma otro camino que no sea el de tu existencia.- La técnica de escribir, el movimiento de los labios, unas miradas. Ojos tan llenos, que parece que vayan a besar. Besar la mano educadamente. Retomar un camino, creer perderlo todo, y auyentar a la vez. Que aquellos que te leyeron, son los que se esconden bajo tu piel, bajo organos o huesos, dentro de tu estómago o tu corazón.
Aun así, aun todo esto que he ido relatando en mis últimos días. Ya no. No encuentro la forma de amar y corresponder este amor. Solo hayo estos sentimientos en aquello abstracto, imaginado en mis sueños. Aun no he despertado de aquella playa donde vivía con ellos.