dilluns, 9 de febrer del 2015

Primavera

Tras un aliento de primavera cercano, veo a una gata maullando a mi luna con descaro. Tras el hollín de la chimenea, devastadoras maderas que calentó por completo nuestras cabezas.
Soñaba a la orilla de la playa, junto el frío de invierno. Oigo el aliento de primavera.
Las muñecas frías, la niebla. Las noches en vela. Cuánto querría yo que mi luna volviera.
El polen de alergia no tolera. De ganas de marchitar rosas y claveles en primavera.
Escucho como entre aulas, la brisa de verano nos altera. Cuántas razones más daría para que un desconocido volviera. Otros ojos marinos, otros más marrones, o quizás los más caprichosos. Deseando atravesar más de mil fronteras.
Llegó el verano de mis difuntos dotes de sueño. De acercarme otra vez a la orilla, a observar puestas de sol con empeño. A que un extraño me recite Antonio Machado, a que me digan te quiero. Pero solo cuando todo allá acabado.

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