Caeré, lo sé. Y el miedo me persigue. ¿Hay alguien que quiera bailar conmigo en la caída? La soledad me ofreció la mano, y eso me dolió. Fue difícil rechazarla. Tambaleo con ella y ni siquiera conseguí pisarla. La perfección de la melodía era demasiado para mi. Me ahogo, un pánico que me persigue. Ya no sueño y solo veo pesadillas. ¿Hay alguien que quiera mirar las estrellas conmigo antes de... Desaparecer...?
El ingenio del temor,
Una pasión sin control.
Una noche de soledad,
De canciones en silencio.
El precipicio de la maldad,
Un camino sin cambio.
Puertas abiertas tras mis pasos,
Que no las cierro, egoismos.
Mañana miraré tus ojos,
Que desapareceran entre la niebla.
Ese color junto lamentos. Ese amor volando encima la tabla. La tabla de remordimientos, que sin ella me ahogo en mis lágrimas. Que no salen al exterior, y son ácido en mi corazón. Las ofrezco al vagabundo más humilde, que él las usará mejor que yo.
Calla,
Tus palabras son dagas.
Tus labios una ola de mareas bajas.
Arena del tiempo que no acaba.
Y sabía que esto me lo buscaba.
Las fotografias no dan tanto que un abrazo en un amanecer.
Es el renacer que aprovecharé para luchar,
Aunque el miedo este encima mi espalda.
Paseos con una mano rota de escribir.
Lo pase peor pensando, pensando en revivir.
Es un laberinto,
Donde solo encuentro el ayer, los mismos caminos.
Ayúdame, agarra mi mano para que pueda llorar y bailar.
Bailar debajo la segunda luna que vive en los recuerdos.
Veo una cama y una cara dormida.
Es un pasado que añoro pero al que no volveré.
De la caída encontre el suelo, donde recaí, por segunda vez.
Calla, solo calla. Ahora solo quiero estar sola.
No dormiré, ni comeré, ni lloraré. Un banco infinito en el que camino sin parada. Ahí, ahí sigo yo. Como una montaña rusa aun sigo intentando sobrevivir.
El ingenio del temor,
Una pasión sin control.
Una noche de soledad,
De canciones en silencio.
El precipicio de la maldad,
Un camino sin cambio.
Puertas abiertas tras mis pasos,
Que no las cierro, egoismos.
Mañana miraré tus ojos,
Que desapareceran entre la niebla.
Ese color junto lamentos. Ese amor volando encima la tabla. La tabla de remordimientos, que sin ella me ahogo en mis lágrimas. Que no salen al exterior, y son ácido en mi corazón. Las ofrezco al vagabundo más humilde, que él las usará mejor que yo.
Calla,
Tus palabras son dagas.
Tus labios una ola de mareas bajas.
Arena del tiempo que no acaba.
Y sabía que esto me lo buscaba.
Las fotografias no dan tanto que un abrazo en un amanecer.
Es el renacer que aprovecharé para luchar,
Aunque el miedo este encima mi espalda.
Paseos con una mano rota de escribir.
Lo pase peor pensando, pensando en revivir.
Es un laberinto,
Donde solo encuentro el ayer, los mismos caminos.
Ayúdame, agarra mi mano para que pueda llorar y bailar.
Bailar debajo la segunda luna que vive en los recuerdos.
Veo una cama y una cara dormida.
Es un pasado que añoro pero al que no volveré.
De la caída encontre el suelo, donde recaí, por segunda vez.
Calla, solo calla. Ahora solo quiero estar sola.
No dormiré, ni comeré, ni lloraré. Un banco infinito en el que camino sin parada. Ahí, ahí sigo yo. Como una montaña rusa aun sigo intentando sobrevivir.
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