divendres, 6 de desembre del 2013

Realidades mentirosas y caminos al azar


Violento tanto como sus pasos, él se había pateado cada rincón de Madrid, paseando su sonrisa y ganas de vivir. Creía que era libre, pero cada frontera de esa ciudad lo mantenía alejado. Alejado de Segovia, alejado de Barcelona, alejado de mi... 
Sus ojos resplandecían en la costa de la Barceloneta y su sonrisa solo era mía. Ahogo cada recuerdo tuyo en una copa de Gintonic y la envió a la calle Calvario. Merezco restregarte la falsedad de mis palabras, ya que no existes, tu. Tu, egocéntrico por aparecer en mis pensamientos y mis calles de Ciutat Vella como un fantasma. 
Lluvia y arboles de otoño son rasgos de un cambio, de una mejora. Vuelvo a ser y a quererme. Sigues apareciendo, pero es diferente. Puedo travesar tu presencia y tus sonrisas ya no las recuerdo. Que extraña es la mente humana, que extraño es el corazón perdido de un mañana angustioso, mentirosos como ellos mismos y egoistas por sus trazos al azar. 
Un "cuento de hadas" quería que nos uniera, pero al final ignoré tus gustos y no terminé sus capítulos que me recordaban a ti.
Un Buenos días, Princesa me reconforta el alma y la mente inocente, que se engaña para no llorar las ganas de realidad. Raúl, quieres ser director de cine y amas a Valeria como ella a ti. Cesar, quieres esperarla, comprendiendo sus sentimientos diciéndole palabras de Moulin Rouge: "El amor correspondido es lo mejor que te puede pasar en la vida". 
Al final me dije a mi misma entre música: No nos engañemos, más allá de la realidad queremos afrontar lo que ocurrió, lo que ocurre y lo que ocurrirá. Ella, yo y mañana. Y cada día que lo intento, ella, mi futuro, monta una pesadilla en vez de una obra. Argumento por argumento, silencioso como su angustia, dialogamos con el mañana. Está claro, él siempre es feliz.

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