diumenge, 15 de desembre del 2013

Yo soy tu, tu eres yo. Un sueño profundo


Esta noche Noa soñó en un lugar, en un tiempo y en alguien. Era como si sus días de cada día, des de su nacimiento, los hubiera vivido en ese extraño lugar gris. Todos eran hogares llenos de brisas de otro siglo, sin ningún amarillo, ni siquiera la luz del sol o las farolas. Ella corría, solo podía ver sus pies delicados corriendo sobre la acera llena de charcos que reflectían cada alma de esa ciudad que tanto amaba. Cada esquina, cada lápida, cada persona. Sobretodo esa persona que la hacia reír y le llenaba el corazón de pasión en solo verle sonreír. Quien quisiera tener esa sonrisa para el mismo, solo suya. Pero la regla en un sueño es no soñar, ella no podía soñar. 
Noa corre, se le hace tarde y el gran reloj del tiempo que lleva encima no le deja pensar lo que le espera. Se para y lo ve, ahí debajo el gran arco de la estación de Madrid. No os equivoquéis, ya que Madrid es inexistente. Bienvenido seas al mundo de los sueños, donde nada ni nadie te puede impedir crear tus sueños. ¿O pesadillas...? 
Las palabras son mudas, y cada paso y sonido es una pequeña melodía desconocida para vuestros oídos. Una terraza entre copas y refrescos, intercambiamos gestos sin sentido. Noa solo sentía que quería morirse. Esa chica al lado del chico que le agrada es preciosa y delgada, muy delgada. Ella solo viste un abrigo rojo y ropas negras,  con zapatos que se anidan en sus pequeños pies delicados. Observa esa casi mujer, esa que llena de amor a él, pero de angustia a Noa. Poco a poco va bajando la mirada, no puede evitar mirar sus piernas, a las que ve adelgazándose más y más. Era como si un gran deseo interior le transformara junto a su misterioso trastorno. Le duele la cabeza, le duelen los huesos, le duele el corazón, le duele el alma... Solo quiere soñar, pero como he dicho antes, no podemos soñar en nuestros propios sueños. Eso es. ¿Quién dijo que esto fuera un sueño? Era una triste pesadilla escondida en cada rincón de su cuerpo, paralizado entre ataduras en su cama, situación de vida. Despierta mi querida Noa, sabes que puedes volar y soltarte de eso a lo que llamas amor. Algo que te trae a la delgada linia de tu vida. Eso no es vida, es solo una pesadilla. Ahogas lágrimas donde no hay aguas transparentes, ahogas tristeza en lugares a los que nunca has estado y encima les llamas Madrid. 
"Noa! Noa! Desperta!" ¿No lo oyes? Querida mia, ahí es donde debes llorar, donde debes amar, donde debes sonreír. No aguantes  flotando en algo que no es real, pon los pies en la Tierra y verás que nada es tan terrible como imaginabas.
"Mai estaràs sola Noa, jo estic aquí amb tu petita. La meva petita no ploris, estic amb tu"
Noa se despertó gritando, no era más que una pesadilla. Pequeña, yo estoy contigo, confía en lo que te digo. Yo soy tu, tu eres yo...

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