diumenge, 25 de maig del 2014

JO

Anota, porque hay mucho que decir.
Siempre escondí la cabeza debajo el ala. Y manifiesto mi pánico en cualquier momento. Ahogo lágrimas en mi, porque el mundo me enseño a no confiar en nadie. Escojo con quién quiero estar, no me gusta estar siempre con la misma gente. Me gusta conocer gente nueva, y si me caen mal me alejo. Las personas se extrañan siempre por mi bipolaridad, depresiva y al rato bailando con una canción. La música me acompaña vaya dónde vaya, es una gran pesadilla no tener batería en el móvil. Hablo por chat cuando me da el venazo, y no soporto que me vengan siempre con el "Hi, what's up?" Cuéntame tus secretos, me gusta la gente misteriosa. Vagabundear por las mentes de las personas y a playas en las que escribo. Y escribo, para no llorar, por no saber expresar los sentimientos al mundo. Porque me da miedo, si. El miedo me persigue, casi es mi sombra. A la hora de amar, mi corazón se llena demasiado y mi cabeza explota de pensamientos impulsivos que me hacen reír, o llorar...
¿Sabes? No duermo por las noches, me da miedo soñar. Y si caigo solo tengo pesadillas, y los sueños no los recuerdo. ¿Sabes lo qué es despertar sudada por recordarlos o, aun peor, por no saber porque desperte con agua en los ojos?
En verano salgo al balcón y tengo ganas de ver mundo, y desaparecer de todo aquello que me rodea. O quiero ver a esa persona que me haga feliz, me abraze, sepa como tratar con alguien tan complicada como yo. Y si yo quiero, te traeré a mis pensamientos y recuerdos, a mis argumentos jamás redactados. Podría intentar decirte lo que siento, quizás. Pero eso ya es otro tema.
Pero volvamos a ello, solo lo intenté una vez y me costó. Ahora lo sabrás, siempre fui antisocial y aun no sé tratar con las personas por miedo. Siempre es el miedo. Si tuvierais que definir miedo, se llamaría como yo. Las relaciones son como un puñal, lleno de pasión pero demasiado dolor.
Y ingenua me llama mi hermana, porque me fío demasiado de la gente. Hace poco deje de confiar en las personas, pero aun soy débil, tanto como lo era antes. La gente me utilizaba. Y todo era miedo. Miedo a qué dirán, pensarán o harán los demás contra mi.
Al fin y al cabo aun sigo aprendiendo,
aun sigo teniendo tiempo para llegar a ser,
lo que yo quiero.

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