Mi alma sigue corriendo. Acompañada solo de mi luna, la única que me da la calma, la tranquilidad. Que me hace volar por las noches en que no consigo conciliar el sueño. Y escondida en un rincón de tu cama recuerdo cuando te observaba mientras dormías.
Recuerdo tus dedos en mi piel. Recorriendo mi espalda, mis brazos, mis manos, mi tripa. Corrían como si fueran coetes buscando su pista de despegue. Tus manos de blanco nuclear junto tus brazos y tu espalda solitaria en mi presencia.
Esas noches, en las que te veía dormido, agotado por todo. En las que podía observarte sin saber aquello que me digiste. Me iba caiendo en ese pozo, enamorando a mis pensamientos y mi corazón mientras te miraba.
Repito, sigo escondida en un rincón de tu cama. Esas largas noches abrazando todo aquello que me dolía pero que hacía que no me sintiera sola.
Ahora. Ahora me siento sola. Sigues en mis recuerdos, pero eso no impide que ne quede embobada en esos ojos color miel, o esos del color de mis mares. Esos mares de profundidades donde se esconden mis más lejanos miedos. Esos miedos que aparecieron después de mi primera puñalada de amor, de un desamor lleno de desilusiones, de falsas esperanzas.
Hoy, esta noche. Déjame acompañarte mientras rodeo tu espalda. Dame la compañía que tanto añoro y tanto deseo realmente de ti.
Mientras corro me prometo que nunca más iré a buscar mi corazón. Que lo deje arrinconado en un árbol de mis caminos pasados. Porque ahora ya no puedo encontrarlo. Y juro, por mi luna, por mi alma, que me enterraran sin este órgano palpitante y angustiante.
Y recuerda.
"No dejes que nadie te quite la luz que hay detrás de tus ojos."
Todos nosotros hemos tenido finales trágicos, pero estos son demasiado largos. Son casi infinitos (?)
dissabte, 14 de juny del 2014
Noches de luna llena
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